Prólogo
En pleno siglo XXI; paradójicamente y en antagonía con los avances de la ciencia y la tecnología;, el hombre viene consumando la destrucción del Mundo. Todos somos testigos impasibles de la más grande destrucción del Planeta, día a día, asistimos a ese espectáculo inconsciente y en muchas ocasiones somos partícipes de esa insana destrucción.
Muchos ya dieron la iniciativa, ya tomaron conciencia y ya abrieron el camino de esta dura batalla; es largo el recorrido y numerosos los inconvenientes para “Salvar lo que nos queda del hogar” Ese lugar donde habitarán nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Hay bastante labor por emprender y cuidar lo poco que nos queda.
Hace aproximadamente una década conocí a mi amigo y compañero de trabajo el Profesor Marcelino Magallanes Chumpitaz, matemático de profesión y muy hábil con el manejo de los números y para variar también no le hace nada falta esa pizca de humor que para motivar sus clases se gasta unos minutos de narrador humorista con sus alumnos a quienes les hace mucha gracia, esta didáctica numeral.
Ahora nos sorprende con este relato, mostrándonos otra faceta de escritor. Es que Marcelino es, como siempre lo ha demostrado; ser un emprendedor; en proyecto que se embarca; él lo tiene que llevar a buen término y es que ya hace algunos años el venía mostrando interés por esa pasión de la narración; teniendo como referencia la motivación y habilidad de nuestros alumnos empeñados para participar en diferentes competencias narrativas que le llamó la atención e hizo realidad su sueño, con mucha creatividad e ingenio y rescatando lo valioso de nuestro legado cultural así como la preservación y cuidado del medio ambiente en nuestra región. Este cuento ha caído justo para llenar el vacío de la carencia de Literatura Regional relacionada con la Ecología y Medio Ambiente y la Conservación de nuestro Patrimonio Cultural en el Callao. (O si es que la hay no es muy difundida).
En el cuento el autor hace uso de un lenguaje sencillo y fácil de entender con el uso de reegionalismos propios del lugar en cuanto al lenguaje coloquial y popular, de la misma forma en las denominaciones de las especies que constituyen la fauna y la flora de la zona, sumamente educativa e ilustrativa, para que los alumnos puedan conocer esta riqueza eco-cultural de la Región.
En “Pecho Rojo y la Búsqueda de un nuevo hogar”, Marcelino desde su percepción del mundo de las aves, nos narra las peripecias de esta ave al que denomina Pecho Rojo, que es un pequeño personaje de la especie Turtupilín, protagonista del relato y que acompañado de otros personajes recrean la historia desarrollada en la zona de la Hacienda Oquendo, en el Palacio de Chuquitanta y finalmente en los Humedales de Ventanilla.
La estructura del relato está diseñado en tres partes: 1. Pecho Rojo en Oquendo. 2. Pecho Rojo en Chuquitanta. y 3. Pecho Rojo en los Humedales de Ventanilla.
En la Primera parte nos refiere el habitad de Pecho Rojo, un lugar paradisiaco lleno de plantas, árboles frutales, muchas aves compañeras, bastante alimento (insectos) y otras especies de la fauna y flora del lugar; además agua en abundancia; tenían el lugar maravilloso que hacían su vida placentera y feliz, que de pronto este lugar se ve convulsionado por una serie de acontecimientos que lo obligan a huir. El Hombre ambicioso que va destruyendo todo a su paso, esta vez incursionó esta zona, (Los traficantes de tierras, acompañados de policías y matones), para despojar a los agricultores de sus tierras, con grandes máquinas arrasaron con sembríos, plantas y árboles y en el colmo de la osadía a su paso destruyeron importantes restos arqueológicos (las murallas y cementerio inca, legado de nuestra historia regional) para mercantilizar urbanizando esta propiedad, ante la pasividad de las autoridades. Una vez más nos muestra que el avance del crecimiento de las ciudades destruye la Ecología y el Medio Ambiente, en esta zona surgen focos infecciosos de basura contaminante, que van destruyendo la zona. Pecho Rojo acompañado de su tía Kucha, una vieja lechuza que le da protección deciden emprender vuelo en busca de un nuevo hogar.
En la Segunda parte Pecho Rojo acompañada de su tía Kucha, pasan una serie de aventuras en dirección hacia Chuquitanta, teniendo como referencia al gran río Chillón, que curiosamente en el relato el autor grafica como una gran serpiente blanca, pero que por la acción del hombre, que ha poblado estas zonas y al arrojar inmensas cantidades de basura ha terminado contaminándola extinguiendo sus especies y poniéndola de color negro. En su camino observan que el lugar también está lleno de casas, se encuentran con una Tórtola que los ayuda y les explica que allí también ha cambiado su mundo; que el hombre también ha invadido y contaminado el lugar, y le invoca a que tengan cuidado en su travesía. También se encuentran con unas Garzas, que les indican que se dirigían a los humedales de Ventanilla, al decidir ir hacia allá, ellas las ayudan en su travesía. Las garzas los orientan en un tramo y luego continúan solos, pasando por la Refinería La Pampilla donde tienen que cuidarse de no quemarse en los inmensos tubos de vapor y humo caliente.
La Tercera Parte refiere a la llegada de los personajes a los Humedales de Ventanilla, describiendo como grandes espejos de agua flanqueados por casas y al Oeste el Océano Pacífico. En cuyo lugar todavía se conservan muchas especies: aves, peces, plantas, etc. allí se encontraron con las garzas y otras aves como cigüeñuelas, yanavicus, tórtolas, cuculíes, madrugaderas, huanchacos, tordos. Encontraron a Tormenta que era una gran cuculí que también venía de Oquendo que al verlos los reconoció, Pecho Rojo les preguntó por sus padres, y tormenta les contó que muchas aves habían muerto al beber el agua contaminada del rio negro, otras se habían quedado en el camino, y que las garzas azules habían visto muchas aves muertas debajo de los tubos calientes. Entendió Pecho Rojo que ya no tendría esperanzas de ver a sus padres que posiblemente habían muerto en este tramo. Esta parte culmina con una gran lección de hacer reflexionar al hombre para que no continúe destruyendo la naturaleza; indicándonos a la vez que habrán nuevas aventuras en Defensa de los Humedales.
El leer este relato nos envuelve en una apasionante aventura muy bonita e interesante; nos hace vivir momentos de fantasía y reflexión sobre cómo los seres humanos estamos actuando en el mundo. Lectura muy agradable para cualquier edad que se convertiría en uno de los relatos más importantes de la Literatura Infantil Regional por el uso de un lenguaje sencillo del autor y ser un pilar para la concientización en el Cuidado y Protección del Medio Ambiente; es un material valioso en la educación de los niños, que los ayudará a esclarecer sus ideas sobre la paulatina destrucción del Mundo.
Felicito a mi amigo y compañero Marcelino, por esta su primera publicación narrativa, que manifiesta es un justo homenaje que dedica a los agricultores de Oquendo en el Callao que dieron batalla en defensa de sus tierras. Esto también es su contribución a la Defensa de la Ecología y del Medio Ambiente, ejemplo que debemos imitar desde el lugar que nos corresponde. Y que esto sea el inicio de su producción literaria ya que talento y habilidad tiene de sobra.
JESUS ANIBAL LARA GOICOCHEA
Licenciado en Educación