P R Ó L O G O
El cuento “Nada de burro” describe Oquendo como un lugar hermoso donde se reflejaba una relación armoniosa entre el hombre y la naturaleza. La historia de Timoteo, el pollino o asno joven y cerril, comprado por Pachín nos evidencia cómo este se adapta a la naturaleza siendo partícipe de las labores agrícolas con Pachín y sus hermanos.
En el cuento se presentan una serie de episodios interesantes donde el autor evoca de una manera muy didáctica la naturaleza ontológica del burrito enfatizando mucho en su serie de habilidades que tiene el pollino para enfrentar una serie de problemas. Por ejemplo, tenemos: la habilidad de Timoteo al pasar una acequia con mucha astucia y precaución, ya que, el narrador, humano por naturaleza, se cayó en dicha acequia. Esto muestra desde ya la disposición de Timoteo para solucionar un problema dado y que de forma equivocada muchos seres humanos piensan que este animalito es necio o mentecato. El zapateo del burro para eliminar las hormigas, el establecimiento de sus horas de trabajo, la adaptación en el manejo del arado, el quitarse la soga del cuello, el escaparse de la muerte son otros aspectos relevantes que debemos resaltar en este ser vivo que busca maneras de compenetrarse con las actividades agrícolas que los seres humanos realizan cotidianamente en el campo.
En cuanto al lenguaje que emplea, considero que utiliza adjetivaciones apropiadas, diálogo fluido y sencillo, uso de vocativos y signos de puntuación adecuados al contenido.
Como colega valoro su iniciativa, por hacernos reflexionar sobre la necesidad de eliminar algunos prejuicios que como sociedad adolescente todavía tenemos. Por ejemplo, pensar que se puede cambiar a nuestro país solo con la voluntad y dejando de lado nuestra formación emotiva e intelectual es un gran error o seguir pensando que el Timoteo representa aquel ser necio. La preocupación que tiene el colega por revalorizar la vida agrícola donde se trabaje en armonía con la naturaleza también es un aspecto que debo resaltar porque es ahora que necesitamos personas que apuesten por conservar nuestra ecología.
Agradezco al autor por haberme permitido realizar esta pequeña introducción, ya que, me posibilita ser partícipe de aquel grupo de personas que consecuentemente creemos en la inteligencia humana sin fines maquiavélicos, sino con propósitos exclusivamente sociales y naturales.
Gustavo Llatas
Licenciado en Educación
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